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Volvamos ahora nuestra mirada hacia una de las civilizaciones más brillantes de la historia: el Antiguo Egipto. Si bien es cierto que se encontraba en el continente africano, ésta no era la única conexión que lo unía con el resto de África.
Los orígenes de esta formidable
civilización fueron atribuidos durante años a civilizadores foráneos, venidos
desde el norte o desde Mesopotamia. En nuestros manuales escolares poco se
habla del giro que tuvo lugar en el ámbito académico gracias al empuje, entre
otros, del pionero Cheikh Anta Diop. En resumen, son pocos quienes conocen
realmente su origen y las conexiones de su cultura prístina con los pueblos del
África negra.
En primer lugar pongamos el foco en la zona sahariana. En el momento en el que se desertizó y
empezó a tornarse en el arenisco desierto que hoy conocemos, la población negra
era mayoría y, siendo ya agricultores (recordemos que el Sáhara no siempre fue
un desierto), fueron los primeros en abandonar la zona en busca de tierras más
húmedas, las cuales encontraron en los alrededores de las grandes charcas y de
los cursos de agua del sur, así como en el valle del Nilo.
Podemos decir que en las zonas
saharianas y khartumianas (Sudán actual), es decir, en el mundo preegipcio,
encontramos un seguido de elementos que conformaron un denominador cultural
común: los megalitos, la circuncisión, los tatuajes, las tierras asociadas a la
serpiente, el carnero, el disco solar, los cráneos deformados por vendas y la
momificación mediante inhumación temporal en arena caliente.
Desde el coloquio del Cairo de
1974 se ha admitido el origen meridional del poblamiento y civilización de
Egipto. Kémit —el país negro— fue
reconocido africano por su lengua, su sistema social y su arte y
pensamiento. Por lo tanto, podemos decir que la cultura khartumiana ascendió
hasta el Egipto prehistórico. Pueden observarse diversos elementos de
procedencia meridional y, por lo tanto, venidos de la zona sahariano-sudanesa,
en otras palabras, negroafricana:
-
Componentes religiosos:
1. La práctica de la inhumación inicial de los muertos con
la cabeza hacia el sur, hacia el Khent Amenti o país de los ancestros.
2. La divinización del buey y la vaca como divinidades
celestes.
3. La imagen-concepto del disco solar como ojo de halcón y
ambos como símbolo del poder.
4. La noción de la tierra primordial, íntimamente asociada
con la realeza (cósmica y humana).
5. La divinidad real: se han hallado evidencias
arqueológicas que sitúan entre 6.000 a.C y 5.700 a.C la existencia de los
atributos faraónicos del poder en pleno Nilo sudanés. Asimismo, la corona del
Alto Egipto, como Horus-Halcon, el templo-palacio, las barcas de Ra y la barba
faraónica se hallan también en estas fechas en
la misma zona.
En conclusión: los rastros más
antiguos del faraonato proceden del Sudán nilótico.
Fue a partir del 5.500 a.C
cuando el pueblo meridional de los anu/onu estableció sus ciudades en todo el
valle del Nilo. On del norte, por ejemplo, fue la futura Heliópolis. Su
caudillo fue Tera Néter y se encontraba en la ciudad de Tufium.
Presumiblemente, fueron los anu la base unificadora de Egipto y Néter pudo ser
el antecesor directo de la casa de Nekhen, de donde saldrían los Escorpión,
Nármer-Menes, etc.
El nombre del país fue Kémit
(KMT) y sus habitantes se denominaron Remtw Kémit (RMTW KMT), literalmente «los
perfectos del País Negro». El nombre de Egipto es una denominación griega
tardía y cuyo significado es confuso. KM (negro) era, además del color con el
que se designaban a ellos mismos y a su país, el color que designaba a sus
dioses principales (Osiris, Min e Isis).
Por otra parte, el estudio de
los cráneos egipcios predinásticos ha mostrado la importancia del factor
negroide, especialmente en el sur. Y, como hemos visto, fue precisamente del
sur de Egipto de donde partió la iniciativa de la unificación política del país y el que aportó las bases de su
cultura.
Para los egipcios, el sur era
la tierra donde habitaban los dioses. Los cuerpos de los faraones muertos
solían ser transportados con gran frecuencia a la tierra madre, para ser
enterrados en las ciudades santas de la Tebaida (Abydos, Tebas, Karnak),
exactamente como los restos mortales de los reyes de Benin fueron
transportados, inicialmente, a la ciudad santa de sus orígenes, Ile Ife.
Por lo tanto, vemos cierto
reconocimiento de su procedencia meridional. En este sentido, Diodoro Sículo
decía, respecto a los etíopes (nubios):
«Y añaden que los egipcios los
consideran sus antepasados y autores de la mayor parte de sus leyes. De ellos
han aprendido a honrar a los reyes como dioses y a enterrar a sus muertos con
tanta pompa. La escultura y la escritura nació entre los etíopes».
Esto, por supuesto, no
significa que todos los egipcios desde los primeros tiempos hasta el fin de la
edad antigua fuesen negros. A medida que se produjeron mestizajes prolongados
con los pueblos del norte fue disminuyendo la proporción de rasgos negroides.
Los egipcios nunca
establecieron una división racial entre ellos y los sudaneses o kushitas, al
menos desde el punto de vista léxico Los nubios eran representados con rasgos
particularmente negroides ya que no estaban sometidos al mestizaje norteño,
aunque también fueron representados exactamente igual que los egipcios. Nubia,
por su parte, tuvo un importante papel en la defensa de la civilización egipcia.
Cada vez que Egipto estuvo en peligro acudían al Alto Egipto y Nubia, donde se
replegaba con el fin de rehacer sus fuerzas y como para rejuvenecerse en las
fuentes de la patria. Cada vez que desde Nubia partía una contraofensiva contra
el norte, su intención era restablecer las costumbres, reconstruir los templos,
copiar de nuevo los textos antiguos y restaurar, en suma, la “egipticidad”.
Ki-Zerbo nos dice: «los negros
debieron constituir la mayoría de la población en el antiguo valle del Nilo, al
menos en los primeros tiempos protohistóricos e históricos y en las regiones
meridionales. Desempeñaron además un papel decisivo en la formación de la
civilización egipcia. Y gran número de importantes personalidades de la
historia egipcia fueron negros».
Siguiendo con el historiador
burkinabé, «si la mayoría de los agricultores que, provenientes del desierto,
fueron a instalarse a orillas del Nilo, eran negros, y si el surgimiento de la
civilización egipcia es de origen autóctono, y más bien sureño (es decir, de un
lugar en el que había seguramente mayor número de negros), es evidente que el
papel de los negros en la formación de esta civilización no necesita ser
subrayado ulteriormente».
Cheikh Anta Diop y el análisis de la melanina
Cheikh Anta Diop afirmaba que
la población egipcia de época predinástica era negra y que en época dinástica
se produjo una infiltración de elementos nómadas blancos. El mismo doctor Diop
realizó análisis microscópicos en los que halló niveles de melanina (sustancia
química responsable de la pigmentación de la piel) similares a la de los negros
actuales en las momias procedentes de las excavaciones de Marietta, en Egipto.
Sin embargo, al pedir al museo del Cairo realizar tales análisis con muestras
de las momias bien conservadas de Tutmosis III o Ramsés II, su petición fue
rechazada.
Los autores griegos lo veían claro
Algunos autores griegos, pese a
ser contemporáneos de un Egipto que ya había experimentado múltiples
mestizajes, describían a sus habitantes como negros.
Veamos cómo describía Herodoto
el origen de los colcos, un pueblo negro a orillas del mar negro:
«Manifiestamente,
en efecto, los colquidianos son de raza egipcia; pero unos egipcios me dijeron
que a su parecer los colquidianos descendían de los soldados de Sesostris. Yo
mismo lo había pensado según dos indicios: primero, porque tienen la piel negra
y los cabellos rizados (a decir verdad, eso no prueba nada, porque otros
pueblos también están en ese caso), y luego y con más razón, porque sólo los
colquidianos ente los hombres, así como los egipcios y los etíopes, practican
la circuncisión desde su origen. Los fenicios y sirios de Palestina reconocen
que han aprendido esa costumbre de los egipcios. Los sirios […] dicen haberlo
aprendido de los colquidianos. Esos son los únicos hombres que practican la
circuncisión y se puede comprobar que lo hacen del mismo modo que los egipcios.
Yo no sabría decir cuáles de los dos, egipcios o etíopes, aprendieron esa
práctica de los otros; porque eso es, evidentemente, en ellos algo muy antiguo».
Herodoto no compartía la
opinión de Anaxágoras según la cual el deshielo de la nieve en las altas cimas
de Etiopía era el origen de las crecidas del Nilo. Se apoyaba en el hecho de
que no llueve ni nieva en Egipto «y que el calor hace allí a los hombres
negros».
Aristóteles dice:
«Los que son demasiado negros
son cobardes, y eso se aplica a los egipcios y a los etíopes. Pero los que son
excesivamente blancos son igualmente cobardes […], por tanto la complexión que
corresponde al coraje está entre los dos»
El escritor Luciano, en una de
sus obras hace que en una conversación un personaje diga los siguiente:
«Licinio (describiendo a un
joven egipcio).—Ese joven no sólo es negro, sino que también es hocicón y tiene
las piernas delgadas… sus cabellos recogidos detrás en una trenza muestran que
no es de condición libre.
Timolao.—Esa es la señal de un
nacimiento muy noble en Egipto, Licinio. Todos los niños de condición libre
llevan trenzados sus cabellos hasta la edad adulta».
Estrabón dice:
«Unos egipcios se establecieron
en Etiopía y Cólquida»
Amiano Marcelino, nueve siglos
después de Herodoto:
«Pero los hombres de Egipto
son, la mayor parte, moreno y negros, de
aspecto delgado y seco»
Comparación entre Ramses II y un joven tutsi. El casco faraónico, de similitud sorprendente con el peinado africano, supone -según Cappart- una forma estilizada de los cabellos crespos. |
Un parentesco cultural innegable
Pese a todo esto, lo importante
en la relación África negra-Egipto no fue tanto el color de la piel de sus
gentes como el conjunto de elementos en relación al pensamiento, la cultura o
la política, que dibujan a las claras el origen negroafricano de la cultura del
Antiguo Egipto, Kémit.
Henry Frankfort explicó la
cosmovisión egipcia como hermana de la percepción negro-africana del mundo y rechazó toda posibilidad de
influencia nórdica destacable en la construcción y desarrollo de la sociedad
africana de Egipto.
La civilización negro-africana
actual se encuentra más próxima a la civilización egipcia que a cualquier otra
conocida. Algunas lenguas del oeste africano están emparentadas con el egipcio
antiguo (Cheikh Anta Diop trabajó especialmente con el wolof). La subsistencia
de parentescos culturales poderosos entre ambas zonas de dispersión de los
pueblos del Sáhara es evidente: sus lejanos antepasados, que habían participado
de la misma experiencia histórica que los egipcios en las verdes praderas del
Sáhara neolítico, formaban parte, por entonces, de la misma área cultural.
El parentesco es notable tanto
en las culturas materiales como en las sociedades y en las concepciones
generales del mundo.
Destaquemos algunos rasgos
comunes: el papel de la serpiente en la cosmología egipcia y en el África negra
actual (dogon, Benín…), la existencia de barcas de los muertos, como en el
valle del Nilo, la circuncisión, los cabellos trenzados al modo de una estera,
el uso de cetros, etc. La enumeración de todas las analogías no tendría fin.
El gran número y la diversidad
de las concordancias es lo que impone la idea de que, entre Egipto y África
negra, ha habido algo más que vagos intercambios: ha existido el sustrato de un
parentesco originario.
Si la observamos desde el África negra, la
civilización del Antiguo Egipto, tan extraña para la mentalidad occidental y
actual, parece casi familiar. Como dijo Ki-Zerbo: «Lleva el sello difuminado, pero sorprendente, de
una lejana hermandad, en el alba de los tiempos humanos».
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Si habéis llegado hasta aquí, supongo que, como mínimo, este post habrá desperado dudas y preguntas respecto a lo que sabíais sobre
el Antiguo Egipto.
A menudo se dice que los pilares del mundo occidental se encuentran en la Grecia clásica. Ese mundo que bebió a su vez de la civilización egipcia. Esa civilización que nació de fuentes negroafricanas. Uno no puede evitar esbozar una amplia sonrisa al pensar en esta curiosa relación.
Si os interesa el tema estos son los libros que tenemos en castellano:
Ferran Iniesta ha dedicado dos libros a hablar sobre el tema. Además, ha hablado sobre ello en diversos de sus libros:
- Antiguo Egipto. La nación negra, Barcelona: Sendai, 1989
- Thot, pensamiento y poder en el Egipto faraónico, Madrid: Catarata, 2012
- El pensamiento africano: regreso al Planeta Negro, Madrid: Catarata/ Casa África, 2010
- Kuma: historia del África negra, Barcelona: Bellaterra, 2007
- Emitai: estudios de historia africana, Barcelona: Bellaterra, 2000
Recientemente se ha publicado en castellano la obra con la que Cheikh Anta Diop inició su reivindicación sobre el origen egipcio. Además, en el volumen II de la Historia General de África de la UNESCO hay un capítulo redactado por el mismo Diop:
- Naciones negras y cultura, Barcelona: Bellaterra, 2012
- El origen del Antiguo Egipto en el II Vol. de la Historia General de la UNESCO (Tecnos/UNESCO, 1992).
El egiptólogo Josep Cervelló Autori publicó un libro sobre la relación cultural Egipto-África negra:
- Egipto y África, Barcelona: Ausa, 1996
La obra Reyes y Dioses (Alianza Editorial, 2000) de Henri Frankfort también puede resultar interesante.
Por último, recomendamos, si es que es posible acceder a ellos, los trabajos de egiptólogos africanos como Theophile Obenga o, más recientemente, Pierre Oum Ndigi, quién hace unos meses estuvo en Barcelona impartiendo una conferencia y una clase magistral en el Máster CUDA (Máster universitario en Ciencies Sociales del Desarrollo: Cultura y Desarrollo en África).
A menudo se dice que los pilares del mundo occidental se encuentran en la Grecia clásica. Ese mundo que bebió a su vez de la civilización egipcia. Esa civilización que nació de fuentes negroafricanas. Uno no puede evitar esbozar una amplia sonrisa al pensar en esta curiosa relación.
Si os interesa el tema estos son los libros que tenemos en castellano:
Ferran Iniesta ha dedicado dos libros a hablar sobre el tema. Además, ha hablado sobre ello en diversos de sus libros:
- Antiguo Egipto. La nación negra, Barcelona: Sendai, 1989
- Thot, pensamiento y poder en el Egipto faraónico, Madrid: Catarata, 2012
- El pensamiento africano: regreso al Planeta Negro, Madrid: Catarata/ Casa África, 2010
- Kuma: historia del África negra, Barcelona: Bellaterra, 2007
- Emitai: estudios de historia africana, Barcelona: Bellaterra, 2000
Recientemente se ha publicado en castellano la obra con la que Cheikh Anta Diop inició su reivindicación sobre el origen egipcio. Además, en el volumen II de la Historia General de África de la UNESCO hay un capítulo redactado por el mismo Diop:
- Naciones negras y cultura, Barcelona: Bellaterra, 2012
- El origen del Antiguo Egipto en el II Vol. de la Historia General de la UNESCO (Tecnos/UNESCO, 1992).
El egiptólogo Josep Cervelló Autori publicó un libro sobre la relación cultural Egipto-África negra:
- Egipto y África, Barcelona: Ausa, 1996
La obra Reyes y Dioses (Alianza Editorial, 2000) de Henri Frankfort también puede resultar interesante.
Por último, recomendamos, si es que es posible acceder a ellos, los trabajos de egiptólogos africanos como Theophile Obenga o, más recientemente, Pierre Oum Ndigi, quién hace unos meses estuvo en Barcelona impartiendo una conferencia y una clase magistral en el Máster CUDA (Máster universitario en Ciencies Sociales del Desarrollo: Cultura y Desarrollo en África).
Amiano Marcelino, siglo IV, cuando la población del norte de Egipto ya era bastante mestiza, nos dice.
ResponderEliminarHistoria. Libro 22
22.16.23 La mayor parte de los egipcios son morenos y de piel bastante negra, de aspecto algo triste, delgados, secos, ardientes en cada uno de sus movimientos, controvertidos y muy insistentes a la hora de las reclamaciones.
Editorial AKAL/CLÁSICA. Edición (traducción) de Mª Luisa Harto Trujillo. Profesora titular de Filología latina de la Universidad de Extremadura.
Puedes encontrar este libro en http://books.google.es/books?id=z4ftTVGa4MoC&vq=Egipto&hl=es&source=gbs_navlinks_s
Y la frase exacta en ese mismo libro en http://books.google.es/books?id=z4ftTVGa4MoC&lpg=PA493&vq=Egipto&hl=es&pg=PA505#v=onepage&q&f=true
Seguiré comentando, ahora no tengo tiempo.
Gracias por tu comentario, Ernesto. La verdad es que hay bastantes ejemplos de este tipo, testimonios históricos inapelables. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Ernesto. La verdad es que hay bastantes ejemplos de este tipo, testimonios históricos inapelables. Un saludo.
ResponderEliminarAprovecho para invitarte a pasar por la nueva dirección del blog: http://huellasdekuma.wordpress.com/2013/05/11/el-origen-negroafricano-del-antiguo-egipto/
ResponderEliminarEste texto tiene algunas inconsistencias en su intento de reivindicar la historia “negra”
ResponderEliminar1. El idioma de los antiguos egipcios pertenecía a la familia lingüística afro-asiática el wolof pertenece a la familia Nigeria-congolesa(que casualidad que el senegalés Diop vinculara la lengua egipcia con uno de los idiomas más utilizados en su país natal)
ResponderEliminar2. Para los egipcios el más allá estaba en la tierra del oeste en dónde se pone el sol la vinculación geográfica se da con Libia y con el Sahara no con el África subsahriana
3. Los análisis de muchas momias han determinado su cabello como Rubio y pelirrojo
1.El idioma wolof pertenece a la familia lingüística Nigeria-congolesa el egipcio pertenece a la familia afro-asiática(Diop es senegalés y el wolof es hablado en ese país un caso de chovinismo)
ResponderEliminar4. La vinculación de la mitología egipcia con la africana puede resultar falaciosa ya que la adoración hacia el sol y el respeto por la figura de la serpiente es algo bastante común en muchas mitologías como es el caso de los indoeuropeos que no tenían nada de “negro”
ResponderEliminar5. Este texto tiene razón en vincular la procedencia de los egipcios con los pueblos del Sahara un proceso que se dio por el cambio climático del holoceno pero la mayoría de los pueblos del Sahara no tenían vinculación genética con el África subsahriana como es el caso de los beréber más próximos a los europeos que a los africanos
ResponderEliminar6. En el arte egipcio se marca una clara diferencia entre como se veían los egipcios y como se veían a los pueblos extranjeros algo típico del arte egipcio es el tono de piel rojiza para los hombres y un tono de piel más claro para las mujeres este convencionalismo artístico duro siglos desde las dinastías más antiguas y revela que los hombres egipcios tenían un tono de piel tostado por las actividades al aire libre en contraste con las mujeres
ResponderEliminar7. El nombre de Egipto como Kemir “la tierra negra” hace referencia al color del suelo no al color de sus habitantes y es sabido por los egiptologos que la tierra de Egipto era negra por el limo depositado en las inundaciones periódicas del Nilo
ResponderEliminar8. La supuesta hermandad “afro-negra” de los egipcios y los africanos resulta utópica cuando se leen los textos egipcios y se contempla su arte en el que los rasgos de los nubios negros están bien diferenciados de los egipcios de cabello lacio y piel rojiza, en dichas representaciones los negros nubios aparecen siendo masacrados o mostrando actitudes serviles hacia los egipcios
ResponderEliminarLa noción racista desde el S.XIX de la supremacía intelectual y cultural blanca insiste en considerar que toda civilización prominente en la historia tuvo forzosamente un germen racial blanco, fundamentalmente nórdico. Hitler y su supuesta raza Aria intentaba justificar el desarrollo de la cultura védica Hindú en el supuesto tipo ario-nórdico; no faltó quien quisiera vincular a Quetzalcóatl, el hombre-dios de Mesoamérica indígena que enseñó las artes y las ciencias, con algún sabio vikingo extraviado por tierras americanas. Egipto no es la excepción; algunas muestras de un mestizaje son suficientes para que algunos determinen que fueron los blancos libios (ancestros de algunos bereberes actuales) las clases aristocráticas de los Egipcios, es decir, los sabios que conformaron y dirigieron la grandeza de dicho imperio. (Por supuesto para algunos, como leí en la página de Europa Soberana, dichos libios descendían de la raza nórdica). Curiosamente, los "craneólogos" identificaron que la forma dolicocéfala -alargada- corresponde principalmente a la raza negra; dichos "cranéologos" utilizaron dicha clasificación para establecer la inferioridad en la inteligencia de la raza negra. Sin embargo, es la forma que prima en las momias y esqueletos egipcios, a lo que los supremacistas blancos se apuran a decir que son dolicocéfalos ¡de tipo nórdico!; si tienen los labios gruesos y pómulos abultados, dirán que son "nórdicos algo mestizados", si se encuentra pelo rubio o rojo, entonces no está teñido (sin lugar a dudas podrá haber algún mestizaje libio, pero no es regla). Cuando los cientos de esquemas gráficos definen las diferencias étnicas en los colores de piel, los supremacistas blancos dicen que el moreno egipcio no es negro sino un "blanco -antiguo libio- tostado por el sol". La pregunta básica: si los libios fueron vecinos de los egipcios, ¿por qué ellos no se tostaron por el sol?, ¿usarían algún tipo de bloqueador?, ¿los rayos ultravioletas no los pigmentaban?, aunque cubrieran más su cuerpo ¿la cara no se les tostaba? Cualquier moreno -mulato de blanco y negra- con pelo rizado, actualmente en los E.U. es clasificado como de raza negra; pero si dicho mestizaje se produjo en el gran imperio egipcio, hay que decir que es un "blanco tostado por el sol". Y la última duda; si son los libios -blancos nórdicos que migraron hacia el norte de África- los forjadores de la gran cultura egipcia, ¿por qué la propia Libia antigua, con la supuesta pureza racial nórdica de sus habitantes, suprema en inteligencia y cultura, no figura en la historia como un gran imperio? Un aporte cultural significativo requiere de un antecedente similar, ¿qué aportaron los libios, con su "pureza racial" a la cultura humana, como sí lo hicieron bastamente sus "supuestos descendientes egipcios"? Y los nórdicos europeos hace tres mil años, ¿qué nivel tenían cuando Egipto ya era un gran imperio, cultural, económico, sapiencial, militar, etc.? Si la raza es el punto de partida, ¿por qué no destacaron por sí mismos? ¿O será que solo los supuestos bloques migratorios -argumentados por racistas blancos-: arios en la India, libios en Egipto, vikingos en Mesoamérica, se pudieron destacar culturalmente? No soy experto, pero estas posiciones me parecen absurdas y racistas.
ResponderEliminarLo absurdo es tu post alineado conlo politicamente correcto, y no con la reaidad. Lo cierto es que Adolf Hitler y elNS, evolucionaron, desde un nordicismo extremo, a un paneuropeismo, reconociendo a los pueblos mediterraneos del sur, blancos, toda su potencia creadora. No hay dudas de que as grandes civilizaciones europeas, minoicos, micenicos, etruscos, griegos, romanos, etc, tuvieron como base, a gente mediterranea: piel clara, ojos y cabellos oscuros, rasgos delicados. Las preubas, pictoricas, funerarias, escultoricas, ceramicas, etc, son abrumadoras. Los egipcios, segun estudios de ADN, recientes, estan emparentados con pueblos europeos, y del Oriente proximo. No hay mucha mas discusion al respecto. Ahora, que exista gente, llena de complejos y que quiera negar la realidad, ese, ya es otro asunto.
EliminarLos antiguos egipcios eran el sueño de cualquier arqueólogo. Dejaron detrás intrincados ataúdes, pirámides enormes y magníficos jeroglíficos, aquella escritura pictórica decodificada en 1799. Los egipcios narraron cuentos de reyes y de dioses. También anotaron anécdotas de la vida cotidiana, algunas tan monótonas como recetas de cerveza y notas de médico.
ResponderEliminarPero hay una ausencia persistente en la identidad egipcia antigua: sus cromosomas. El permafrost frío (parte profunda del suelo de las regiones frías permanentemente helada) y seco puede conservar el ADN prehistórico como si fuera un congelador natural, pero Egipto es un incinerador de genes. La región es caliente y la humedad arruinó el ADN de las momias. El carbonato de sodio y otros productos químicos utilizados por los embalsamadores egipcios también dañaron el material genético.
Un estudio dirigido por investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y la Universidad de Tubinga en Alemania ha logrado llenar algunos de esos vacíos genéticos. Los investigadores extrajeron material genético de 151 momias egipcias, fechadas con radiocarbono entre el Nuevo Reino de Egipto (el más antiguo data de 1388 a. C.) y el período romano (el más reciente en el 426 de nuestra era).Ataúd en la localidad de Dra Abu El-Naga, Egipto
Johannes Krause, un paleogenetista de la Universidad de Tubingen y uno de los autores del estudio, publicado en la revista Nature Communications, dijo que a partir del hallazgo principal se puede ver la continuidad genética completa.
A pesar de las repetidas conquistas de Egipto, por Alejandro Magno, los griegos, los romanos, los árabes y los asirios —y la lista continúa—, los antiguos egipcios mostraron pocas modificaciones genéticas. "La otra gran sorpresa", dijo Krause, "es que no encontramos mucha ascendencia del África subsahariana".Según el análisis, los antiguos egipcios estaban estrechamente relacionados con los pobladores del Mediterráneo oriental. También compartían material genético con los residentes de la península turca y Europa.
LOS EGIPCIOS ANTIGUOS TIENEN PARENTESCO GENETICO CON LOS EUROPEOS Y ETNIAS DEL ORIENTE PROXIMO. Los nuevos, son mas cercanos al Africa.